Un día más sin tí.


«Hola Papi, sé que desde donde estás no puedes leerme, pero aún así no sabes cuánto amo escribir cosas para ti. Maldito sea el momento que te fuiste, no sabes el vacío que dejaste en mí. No sé si eras bueno o tal vez eras malo; pero para mí, siempre serás el mejor padre del mundo. No sabes cuánto anhelo poder tenerte a mi lado y aunque no estuvieras con mamá, desearía tener a donde ir cuando peleo con ella (tus brazos serían el mejor escudo), cuánto daría por escuchar “tranquila princesa, todo estará bien”, sé que si estuvieras a mi lado todo sería más fácil; aquellas noches de insomnio y de llanto que me abordan se acabarían ya que eres tú, uno de los causantes. Cada día que pasa me haces falta, me duele mucho ver a mis amigas saliendo, compartiendo, dándole regalos a sus padres y yo no te tengo. Y aunque tengo un gran hombre a mi lado cumpliendo tu función, NADIE ni NADA te podrá reemplazar. También me duele cuando mi abuela me dice “Si tu papá estuviera vivo, no estarías así”, “esas cosas no le gustaban a tu papá”, “Eras los ojos de tu papá”, ¡Joder! No sabes lo duro que es tener que vivir sin tí. TE AMO CON TODA MI ALMA PAPÁ.»

Era un 24 de diciembre en la tarde, mi familia se encontraba festejando la víspera de Navidad y por lo tanto estaba toda reunida, cuando de repente a mi madre, Arline, le empiezan a dar los respectivos dolores de parto, pues para ese tiempo había quedado embarazada de mí, mi familia la llevó a la clínica y fue así como a las 11:55 de la noche, terminé saliendo de esa gran burbuja en la que estaba atrapada, pudiendo por fin ver la claridad del mundo. Cuando nací era una pequeña bebé de cabello rizado, tez morena y ojos tan oscuros como la noche, ¿Quién creería que alguien tan pequeño podría tener tantos problemas? Durante esta etapa, mi madre tuvo muchas complicaciones puesto que el feto se había desarrollado fuera de la matriz, dada esta dificultad, tuve que estar en la incubadora por unos cuantos días, además de que cuando estuve pequeña sufrí de varias infecciones, motivo por el cual siempre me hospitalizaban.

Con el paso del tiempo, mis padres me dieron mucho amor, tanto que se acabó el de ellos y terminaron separándose y yo como debía ser, viviría con mi madre, quien después de su dieta continúo trabajando para darme las mejores cosas; mi padre consiguió una nueva mujer y por eso, con lo que el aportaba no era suficiente para cubrir con los gastos que ocasiona una bebé. Como mi madre salía a trabajar muy temprano, mi abuela y mi tía eran quienes cuidaban de mí, esta última también se encontraba embarazada por lo que se le facilitaba darme leche materna que provenía de su seno.

Como cada día lo pasaba al lado de mi mamá, cada fin de semana era turno de que mi papá se encargará de mí; mi madrastra no me quería, pues pensaba que le iba a quitar no el amor sino el dinero de mi papá, ya que era el único motivo por el cual ella me había quitado a mi papá.

Cuando estaba pequeña, mi madre con mucho esfuerzo me había comprado un juego de joyas de oro, que incluía la cadena, pulsera, anillo  y anillo. Un día mientras que estaba con mi padre, esta señora que tomaba como nombre Liliana, los tomó y me los terminó robando y mi padre al estar cegado de amor por ella, nunca lo notó y yo era una bebé, por lo tanto no podía hacer nada; mi mamá se enojó mucho ese día, porque sabía que había sido Liliana, discutió con mi padre, y sin embargo no logró nada, pues nunca le creyó y pensaba que solo eran celos de que él estuviera con ella. Fue así como esta señora descubrió que si le hacía daño a mi familia, mi padre no les iba a creer, porque aunque fuera la niña de sus ojos, en ese momento sus ojos se encontraban atados a la realidad por aquella mujer. Y sus maldades empezaron a hacer presencia continuamente.

Como dije anteriormente, mi madre trabajaba demasiado duro para darme las mejores cosas, ella y junto con la ayuda de un POCO dinero que le había dado mi papá, logró comprarme una cama cuna, la cual, la arpía al enterarse hizo que mi papá se la llevará de mi casa “Robara” y la vendiera para darle todo el dinero a ella. En esa época el país se encontraba en una grave crisis respecto a la paz, pues los grupos al margen de la ley eran los que regulaban los que lo regulaban, la familia de la mujer con la que se encontraba mi papá, hacia parte de esos grupos, por lo cual solo era daño el que se esperaba para él. Como era de esperarse, Liliana no soportó más a mi padre, pues era un hombre de carácter fuerte y celoso. 

La tarde de un domingo, en un lugar en donde vendían licor y todo lo relacionado con el alcohol, habían Pooles también, mi padre, Liliana y su familia y yo nos encontrábamos allí, ellos tomando y yo en los brazos de mi padre, quien ese día se encargaba de mí. Se estaba anocheciendo por lo que él llamó a mi mamá para que fuera a por mí y me llevara con ella a casa. Como debía ser, mi mamá fue por mí, a penas habíamos caminado tres cuadras cuando mi mamá oye unos disparos, motivo por el cual caminó más rápido y llegamos lo antes posible a la casa. Rato después, mi madre recibe una llamada de la fiscalía en donde le piden que por favor vaya a reconocer un cuerpo, sí el cuerpo de aquel ser que ayudó a procrearme. Como si fuera poco para esta mujer, no le bastó con llevarse a mi padre sino que también se llevó mi hogar, pues después de eso, nuestra casa sufrió un incendio en donde perdimos todo y tuvimos que empezar de cero nuevamente. Todo esto ocurrió cuando tenía apenas un año de edad.

Para descansar de todo lo que estaba pasando, mi mamá decidió irnos a vivir a Santa Marta un tiempo con su familia, para esperar que las cosas se calmaran un poco. Después de unos seis meses, volvimos a Cúcuta (hecho que le reprochó mucho) pues allá lo teníamos todo y ya estábamos bien. Mi madre siguió trabajando y yo seguía siendo cuidada por mi abuela… 

El tiempo transcurrió con normalidad, son pocas las fotos (a decir verdad, solo he visto una) que tengo visitando la tumba de mi padre cuando estaba pequeña. A mis cuatro años, mi madre conoció un gran hombre, llamado Rodolfo, con quién más adelante decidió irse a vivir. Esta separación de mi abuela me dio demasiado dura, al igual que ella, pues ambas estábamos acostumbradas a compartir cada tarde, ella yendo a recogerme al colegio, haciéndome el almuerzo y dándome todo la atención y el cariño que mi madre no me podía dar porque se ocupa todo el día trabajando para darme lo mejor, aunque cada fin de semana iba a visitarla, era muy duro para mí no poder verla todos los días, sin embargo, con el paso de los años fui acostumbrándome y ya podía aceptar la situación. 

Rodolfo era un ángel caído del cielo, agradecía que no fuera como aquellos padrastros que aparecían en televisión, quiénes aprovechaban y abusaban de sus hijastras, él fue todo lo contrario, desde el primer momento me quiso como si fuera hija suya sin importarle que a veces recibía desprecio de mí parte, me consentía e incluso siempre me protegía cuando mi mamá quería pegarme por alguna travesura que hubiese hecho. Cuando nos fuimos a vivir con él yo apenas tenía cuatro años, él tenía otros hijos. Ellos no me querían ya que creían que les estaba quitando el cariño de su padre, cuando los conocí por primera vez, me trataron mal y eran odiosos conmigo; al paso del tiempo se fueron encariñando conmigo y ahora me quieren como su hermana.

Mi mamá era muy estricta con cosas de colegio, siempre me exigía las mejores calificaciones, lo cual hoy en día agradezco, pues en mi concepción formó una mujer que siempre está esforzándose para dar lo mejor de sí y por ser la mejor, sin pasar por encima de las personas, también me enseñaron muchos valores como la responsabilidad, la honestidad, el respeto y la sencillez.

A veces considero que sufro de depresión, pues he pasado por demasiadas cosas que aún no supero y que cuando estoy sola siempre pienso y no puedo parar de llorar. Nunca entenderé la razón del por qué Dios me quitó a mi padre tan joven, pues me arrebató toda mi felicidad, aunque no lo reprocho, sé que él hace las cosas para bien. 

No conozco del todo a la familia de mi papá, tampoco me interesa hacerlo, ya que ellos siempre pensaron y trataron mal a mi mamá, tampoco ellos se han interesado en buscarme. Sin embargo hay algunos dos o tres tíos que desde siempre han estado ayudando a mi familia, Mi tío Luis y mi tía Yusaira, los cuales apreció demasiado. Esta última la conocí hace dos años, pues un día se enteró de mí y quiso buscarme, ella y yo tenemos una personalidad muy parecida, cuando estoy con ella siento que estoy con un padecito de mí papá, pues ella me trata como pienso que él lo hubiera hecho, me consiente y siempre me entiende, apoya y alienta. Durante todo este tiempo mi madre nunca me ha llevado al cementerio, hecho que por alguna razón, me disgusta ya que aunque tal vez haya sido una mala persona con ella, más que nadie necesito de mí papá cómo cualquier otra niña. Este camino ha Sido demasiado duro para mí, ya que todas las niñas son las “Princesitas de papi” y aunque soy la de mi padrastro, no es lo mismo que el verdadero amor de papá.

Cuando tenía doce o trece años era cuando más duro me daba, pues mi mamá seguía trabajando para darme lo mejor, pero lo que nunca entendió fue que lo único que necesitaba era de su amor, cariño y comprensión, más que de cualquier otra cosa material. Cuando iba a reclamar mis calificaciones me sentía muy triste, pues aunque siempre ocupaba el primer lugar y para ella se le había hecho costumbre y era normal, era para mí fatal escuchar a mis otras compañeritas decir que sus padres las habían felicitado y las habían llevado a comer helado y les habían dado algún regalo porque simplemente habían aprobado todas las asignaturas, mientras que a mí, quien era la mejor de la clase ni las felicitaciones recibía por parte de ella. También era muy triste escucharlas contar sus anécdotas con sus papás y como eran las consentidas de ellos, mientras que a mí me mataba el hecho de no tener a quien contarle un secreto o alguien que me abrazara y me dijera que era su princesita.

Realmente no he superado la muerte de mi papá y creo que nunca lo haré, tampoco la gente me ha ayudado mucho en eso, pues mi abuela materna siempre que estoy mal o tengo problemas con mi mamá, lanza frases al aire como: “Si tu papá estuviera vivo, todo fuera diferente”, “Si él estuviera acá, tú no estarías así”, etc. Siempre he estado en un Vaivén, ya que aunque mi mamá dijera que mi padre era lo peor y que era una mala persona, mi abuela y primos lo recuerdan de una manera diferente, dicen que era una buena persona y que siempre hubiera querido lo mejor para mí.

Sin más qué contar sobre esta dura etapa por la cual he tenido que pasar, le doy todas mis condolencias y les digo que entiendo el dolor que sufre una persona al perder algún ser querido, principalmente algún padre, porque sé lo que es y lo he vivido en carne propia. Hay días en los que su ausencia duele un poquito más que nunca, días en los que mi alma cansada parece no poder más, quizá si aún estuviera aquí, mi vida sería mejor, pero tal vez simplemente ya era su hora de partir, su paz amenora mi alma y aunque nunca supe los planes que quería para mí, sé que los que ahora quiero serán de tu orgullo. Espero que me ayudes a cumplir todo lo que te he contado en las noches, a veces con lágrimas que yacen desde el fondo de mi alma.

Mi sueño es estudiar medicina y ser una grandiosa y reconocida doctora, espero que lo pueda lograr, como cada objetivo que he logrado, quiero ayudar a las personas que lo necesiten, hacer sentir orgullosos a las personas que siempre han estado apostando por mí y dejar un huella por cada lugar y persona por donde pase… y sé que por ti lo voy a lograr, te amo mi angelito.